sábado, 23 de noviembre de 2013

René Descartes: El Filósofo que Iluminó a toda una generación

RENÉ DESCARTES
 
Latinizado como Cartesius. René Descartes fue un filósofo, matemático, físico y fisiólogo francés nacido en La Haye el 31 de marzo de 1956 y fallecido en Estocolmo, Suecia, el 11 de febrero de 1650.  
Descartes estudió en el colegio de jesuitas de La Fléche. Después de servir en el ejército, se trasladó a los Países Bajos, país capitalista avanzado en aquella época, y allí pasó veinte años entregado a sus ocupaciones científicas y filosóficas. Las persecuciones de los teólogos neerlandeses le obligaron a fijar su residencia en Suecia (1649), donde murió. La filosofía de Descartes se halla vinculada a su matemática, cosmogonía y física.
  • En matemática Descartes es uno de los creadores de la geometría analítica.
  • En mecánica, señaló el carácter relativo del movimiento y del reposo, formuló la ley general de la acción y de la reacción, así como la ley de la conservación total de la cantidad de movimiento cuando chocan dos cuerpos no elásticos.
  • En cosmogonía elaboró una idea, nueva para la ciencia, sobre el desarrollo natural del sistema solar; consideraba que la forma básica del movimiento de la materia cósmica –movimiento que condiciona la estructura del universo y el origen de los cuerpos celestes– es el movimiento en torbellino de sus partículas. Esta hipótesis contribuyó al futuro éxito de la dialéctica de la naturaleza, pese a que el propio Descartes aún comprendía el desarrollo en un sentido mecánico.


En sus investigaciones matemáticas y físicas, basó su doctrina sobre la materia o sobre la substancia corpórea. Identificaba la materia con la extensión o con el espacio: sólo la extensión no depende de lo subjetivo y se halla condicionada por las propiedades necesarias de la substancia corpórea. No obstante, Descartes introduce el dualismo en la física materialista: la causa general del movimiento, según él, es Dios, que creó la materia a la par del movimiento y del reposo, de los que conserva en aquélla una misma cantidad. También es dualista la doctrina de Descartes acerca del hombre: en el hombre, afirma, el mecanismo corpóreo, sin alma y sin vida, se halla realmente concatenado al alma, volitiva y pensante. Según Descartes, el alma y el cuerpo, heterogéneos, ejercen entre sí una acción recíproca a través de un determinado órgano: la denominada glándula pineal.
En fisiología, Descartes estableció un esquema de reacciones motoras que constituye una de las primeras descripciones científicas del acto reflejo. No obstante, la fisiología materialista cartesiana entraba en combinación contradictoria con la doctrina sobre la inmaterialidad del alma: a diferencia del cuerpo, cuya esencia veía Descartes en la extensión, la esencia del alma, según él, radica en el pensar. En los animales, Descartes veía tan sólo autómatas complejos, carentes de alma y de la facultad de pensar. Como para Francis Bacon, para Descartes la finalidad última del saber estriba en el dominio de las fuerzas de la naturaleza por parte del hombre, en el descubrimiento e invención de recursos técnicos, en el conocimiento de las causas y de los efectos, en el perfeccionamiento de la naturaleza del hombre. Para llegar a tal finalidad, Descartes creía necesario poner previamente en duda todo cuanto existe.
La duda planteada por Descartes no suponía creer incognoscible lo existente, era tan sólo un recurso para hallar el principio absolutamente fidedigno del saber. Este principio, según Descartes, es el de que «pienso: luego existo». De esta tesis, su autor intentaba inferir asimismo la existencia de Dios y, luego, la convicción de que el mundo exterior es real.
En teoría del conocimiento, Descartes es el fundador del racionalismo, que se formó como resultado de entender de manera unilateral el carácter lógico del conocimiento matemático. Dado que la naturaleza universal y necesaria de este conocimiento parecía a Descartes derivada de la naturaleza del intelecto mismo, en el proceso del conocer asignó un papel extraordinario a la deducción basada en axiomas plenamente fidedignos, alcanzables por vía intuitiva. Las teorías de Descartes sobre el conocimiento directo y fidedigno de la conciencia de uno mismo, sobre las ideas innatas (en el número de tales ideas incluía la de Dios, las de substancia espiritual y substancia corpórea) influyeron sobre el idealismo subsiguiente y fueron objetos de crítica por parte de los representantes del materialismo.

Por el contrario, la teoría –materialista en lo fundamental– sobre la naturaleza, sobre el desarrollo de la misma, la fisiología materialista, el método mecanicista, hostil a la teología, hicieron que Descartes influyera sobre la formación de la concepción materialista del mundo propia de la Época Moderna.
 
EL MÉTODO CARTESIANO
 

Para llegar al conocimiento verdadero, René Descartes desarrolló el Método Cartesiano. Descartes elaboró su método como un conjunto de cuatro reglas muy sencillas de usar. Las cuatro reglas son:


1.    Regla de la evidencia, solamente hay que aceptar como verdad aquellas afirmaciones que se intuyen con tal claridad y distinción que no se puede dudar de ellas.
2.     Regla del análisis, toda afirmación compleja debe dividirse en tantas afirmaciones simples como sea posible.
3.     Regla de la síntesis, hay que volver a unir las afirmaciones simples mediante deducciones para conocer la relación que las une a la afirmación compleja.
4.     Regla de la enumeración, hay que comprobar constantemente los pasos anteriores para verificar que no hallan errores.
 
 

PRINCIPALES OBRAS DE RENÉ DESCARTES 
  • Discurso del método (1637)
  • Principios de la filosofía (1644)
 
FRASES CÉLEBRES 
  1. Dudo, luego pienso. Pienso, luego existo.
  2. Abrigamos muchos prejuicios si no dudamos, alguna vez, de todo en lo que hallemos la menor sospecha de incertidumbre.
  3. Con frecuencia una falsa alegría vale más que una tristeza cuya causa es verdadera.
  4. La filosofía es la que nos distingue de los salvajes y bárbaros; las naciones son tanto más civilizadas y cultas cuanto mejor filosofan sus hombres.
  5. Las almas más grandes son capaces de los mayores vicios, como de las mayores virtudes.
  6. Lo poco que he aprendido carece de valor, comparado con lo que ignoro y no desespero en aprender.
  7. ¡Mi único deseo es conocer el mundo y las comedias que en él se representan!
  8. Sería absurdo que nosotros, que somos finitos, tratásemos de determinar las cosas infinitas. 
  9. Leer un libro enseña más que hablar con su autor, porque el autor, en el libro, sólo ha puesto sus mejores pensamientos.
  10. Vivir sin filosofar es, propiamente, tener los ojos cerrados, sin tratar de abrirlos jamás.

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